Las toallas tradicionales de algodón que utilizamos en el baño son muy voluminosas y relativamente pesadas, por lo que si decidiéramos llevar una para hacer el Camino de Santiago nos ocuparía la mayor parte del espacio de la mochila. Además, debido a su grosor, estas toallas tardan demasiado en secar, con lo que a la mañana siguiente pueden seguir húmedas.La alternativa cuando viajemos es utilizar toallas de microfibra porque son ligeras y compactas, se pueden doblar y guardar ocupando mucho menos espacio en nuestra mochila. Además, son de secado rápido y están pensadas para un uso diario.